Después del 25 de mayo de 1810, la Primera Junta propuso la composición de una marcha que reflejase el efervescente espíritu patriótico. En la Gazeta de Buenos Ayres del 15 de noviembre de 1810 se publicó un poema que “convoca a la lid, a la lid tremenda que va a destruir a cuantos tiranos ósenla oprimir”. El texto evoca el ímpetu destructivo de La Marsellesa (o Marcha del ejército de Rhin), conocida en Buenos Aires gracias a Gregorio Funes (conocido como el Deán Funes).
De acuerdo al Ministerio de Cultura de la Nación, la obra teatral «El 25 de Mayo» de Luis Morante fue el antecedente que dio lugar a la creación de nuestra canción patria. La puesta terminaba con un himno escrito por Morante, con música del español Blas Parera.
Como espectador, Alejandro Vicente López y Planes se inspiró en esa obra y escribió la primera estrofa de un himno que reemplazaría al anterior.
El 22 de julio de 1812, el Primer Triunvirato le sugirió al Cabildo de Buenos Aires la composición de una marcha de la patria para ser interpretada al principio de las funciones teatrales y en las escuelas al finalizar diariamente las clases, debiendo el público escucharla de pie y descubierto.
Al año siguiente, la Asamblea General Constituyente de 1813 encargó a Alejandro Vicente López y Planes la letra del himno y a Blas Parera, la composición de una nueva música.
El 11 de mayo de 1813 se aprobó la misma como Marcha Patriótica. El estreno oficial tuvo lugar el 25 de mayo de 1813 en la Plaza de la Victoria, actual Plaza de Mayo.